
A veces, si la alterada eres tú, puede bastar con que controles tu impulsividad, ¿cómo? Desaparece por un rato de la escena, vete al servicio, a otra habitación, a la calle con cualquier excusa, deja que tu adrenalina vuelva a los niveles normales y elige qué quieres hacer, cómo quieres actuar.
Respira profundamente y destensa tus músculos, piensa en amor, en abundancia, en que todo tiene una salida, en el fin positivo de las cosas (de todo se aprende, hay cosas que llevan su tiempo, etc.). Se trata de encontrarte a ti misma y conectar con tus deseos, y no de reaccionar a lo loco y a la defensiva, alejándote del fin último y bueno de tus deseos (ser felices, amarnos, ayudarnos, entendernos, resolver dificultades, permanecer unidos, etc.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario